«La prevención eres tú»: lo que dejó la capacitación Comunidad Preparada en Rapa Nui

Entre el 28 de julio y el 4 de agosto de 2025, vecinos de Hanga Roa e instituciones locales participaron en la capacitación «Comunidad Preparada» de CONAF: diagnósticos barriales, recorridos por zonas críticas, mapeo de recursos y talleres prácticos que desembocaron en compromisos concretos para reducir el riesgo de incendios forestales en la isla.
Una semana que cambió el foco: prevención con la comunidad al centro
La capacitación «Comunidad Preparada» cerró dos semanas de trabajo en Hanga Roa con un mensaje claro: la respuesta más efectiva ante el riesgo de incendios comienza antes del fuego y nace en los vecindarios y en las familias. No fue un evento aislado. El ciclo está anclado en el informe de riesgo entregado por CONAF Rapa Nui en enero de 2025 a las autoridades locales, su validación técnica y la reciente reunión del comité asesor, hitos que dieron piso institucional y técnico para aterrizar en terreno una metodología probada por CONAF en el país hace varios años, ahora aplicada a la realidad de Rapa Nui.
«Este programa básicamente busca incorporar a la gente, incorporar a la comunidad como parte de las soluciones», resumió Jorge Flores, Jefe de Gestión Comunitaria y Planificación Territorial (Oficina Central CONAF). La premisa: si el clima más seco, la variabilidad de lluvias y las altas temperaturas elevan la amenaza, organización, limpieza, acceso y educación son la primera línea de protección.
Qué se enseñó y para qué sirve
La estructura de «Comunidad Preparada» combinó cuatro componentes prácticos:
- Diagnóstico participativo del riesgo en barrios para leer vulnerabilidades reales.
- Recorridos comunitarios para identificar puntos críticos (vegetación, materiales acumulados, obstáculos en accesos).
- Mapeo colectivo de recursos (personas, herramientas, lugares seguros).
- Talleres con vecinos y líderes, que culminan en un plan comunitario con compromisos reales.



Además, se aclararon conceptos clave. Por ejemplo, interfaz: «corresponde a todas aquellas áreas que están limítrofes con la área urbana… donde están los barrios de la gente, unidos con sectores con combustible», explicó Flores. En Hanga Roa, esa interfaz es evidente, ya que toda la ciudad es interfaz: viviendas contiguas a pastizales y matorrales, lo que exige franjas de protección, techos y patios limpios, y accesos despejados para que los equipos de emergencia puedan entrar y salir sin cuellos de botella.
Lo que mostró el terreno: barrio Kai Heke como espejo del riesgo
La salida al barrio Kai Heke fue determinante. Ana María Parrao, encargada de Educación y Difusión en la Región de Valparaíso, relata el «clic» que se produjo al ver el riesgo con los propios ojos: «Los vecinos vieron los riesgos… ‘corté estos árboles, pero tengo el combustible ahí’, y gracias al taller se pudo dar cuenta que tener el combustible seco, cortado, cerca… es más peligroso que tener el árbol sin cortar».


La enseñanza se llevó a lo concreto: «cero a dos metros» libres de vegetación desde la puerta hacia afuera; mantención constante por el crecimiento rápido de la cobertura vegetal tras la lluvia; y la ampliación de caminos internos y accesos a viviendas para evitar que un incendio bloquee evacuaciones o impida la entrada de los equipos. La isla, al mismo tiempo verde y expuesta, obliga a rutinas de limpieza regulares y acuerdos vecinales que trascienden la acción individual.
Datos duros y contexto: una amenaza que puede ser masiva
- 8 días de trabajo de capacitación (28 de julio–4 de agosto) con enfoque vecinal e interinstitucional.
- Programa vigente hace 10 años a nivel nacional, ahora en Hanga Roa.
- En época seca el pastizal y matorral se seca y aumenta su inflamabilidad, sobre todo toroko y mauko piro.
- «Cero a dos metros» limpios alrededor de la vivienda como medida mínima inmediata.
- Accesos estrechos en calles y pasajes de Hanga Roa: riesgo de bloqueos en un incendio urbano de gran magnitud.

«Estamos en una isla muy distante… la solución ante un incendio grande tiene que salir de la isla», advirtió Flores, poniendo el acento en la autosuficiencia local. La comparación con otros desastres recientes («ejemplos como en Hawái») no pretende alarmar, sino dimensionar la posibilidad de incendios masivos si no se limpia, no se ordena y no se coordinan los barrios.
Capital social y liderazgo: ventaja comparativa de una isla unida
«Acá son familias… ese lazo genera, en materia preventiva, que sea más fácil llegar a estas personas», observó Parrao. A diferencia de grandes ciudades continentales, en Hanga Roa la cohesión social y la cercanía entre vecinos multiplica el alcance de las acciones preventivas. El desafío es convertir a esos liderazgos naturales en motores de masificación: que quienes participaron repliquen la capacitación y sumen a otras familias y sectores.


CONAF enfatizó que no hay barreras insalvables. Lo que sí existe es la necesidad de adaptar la metodología a la realidad local: tipos de combustible, materialidad de viviendas, trazado de accesos y rutinización del mantenimiento. «Capacitar, incentivar y multiplicar» fueron los tres verbos que se repitieron durante la semana.
Antes y después: pequeños cambios que previenen grandes pérdidas
El principal cambio de conducta que dejó la semana fue reconocer el riesgo invisible: montones de poda o madera seca acumulados junto a la casa pueden encender y propagar con rapidez. Antes, cortar parecía suficiente; después, el foco quedó en retirar los residuos, mantener techos y canaletas sin material vegetal, y evitar usos del fuego en patios.
Los contínuos mensajes radiales a través del programa «Rapa Nui Previene», por Radio Manukena, también refuerzan hábitos seguros: no quemar basura ni restos de poda; usar recolección municipal o hacer compost; y visitar rapanuipreviene.org para guías y materiales. La prevención no es un acto único, insistió Parrao: «No es una vez, es repetitivo… la prevención se hace todo el año».
Instituciones y comunidad: corresponsabilidad en prevención
La semana dejó evidencia de compromiso interinstitucional y una hoja de ruta: municipio y servicios deben acompañar a la comunidad no solo en respuesta, sino en mitigación (limpiezas, manejo de vegetación, accesos, señalética, rutas de evacuación). Sobre el marco legal, Flores recordó que si bien CONAF aparece como el líder en materias de prevención, el cambio climático obliga a sumar a «todas las instituciones y toda la gente».
Próximos pasos: adaptar, masificar, coordinar
- Localizar contenidos: ajustar fichas y recomendaciones a combustibles y viviendas de Hanga Roa.
- Masificar: que los participantes se conviertan en multiplicadores en sus barrios.
- Orden barrial: planes por pasajes con «cero a dos metros» libres, retiro de residuos y accesos despejados.
- Coordinación: instituciones + comunidad para sostener limpiezas periódicas y controles de uso del fuego.
- Comunicación continua: mantener el programa radial y los canales digitales para responder dudas y sumar voluntades.
Citas textuales
Claves de la capacitación
Diagnóstico participativo
Del riesgo en cada barrio con participación activa de la comunidad.
Recorridos críticos
Para identificar puntos críticos (vegetación, residuos, accesos).
Mapeo de recursos
Identificación de recursos comunitarios y lugares seguros.
Talleres prácticos
Con metas medibles (p. ej., «0–2 m» libres alrededor de la casa).