Hanga Roa está en riesgo real de un incendio masivo
Advertencia de Juan Pablo Pakarati, jefe local de Prevención de Incendios Forestales de CONAF en Rapa Nui, en Canal Mata o Te Rapa Nui.
“Acá hoy en día estamos en riesgo de un incendio masivo, no es algo que nosotros hemos estado inventando, es algo real”.
La noche del domingo 24 de agosto, ante la audiencia del Canal Mata o Te Rapa Nui, la advertencia fue tajante. Pronunciada en la televisión de la isla, la frase dejó de ser un concepto técnico para convertirse en un llamado directo y urgente, a pasar del discurso a la preparación concreta en los barrios de Hanga Roa. La entrevista fue realizada por el periodista del canal, Irdam Hey.
La alerta no surge en el vacío. Según este profesional, prevencionista de riesgos, el escenario combina condiciones climáticas adversas, vientos cambiantes y una topografía con desniveles que complican cualquier respuesta. “Es sumamente difícil controlar un incendio forestal con fuertes vientos”, subrayó, antes de recordar otro factor local: la morfología del terreno. “Tenemos… una topografía con desniveles y es sumamente también difícil el combate.”
Un cambio de paradigma: de apagar a prevenir
El funcionario explicó que CONAF está cambiando su foco tradicional de combate hacia la prevención, impulsado por la experiencia reciente de incendios devastadores en el país. “CONAF ahora está en el proceso de cambio de paradigma… entramos ya de fuerte en lo que es prevención de incendios forestales”, dijo.
Ese giro se materializa en el programa Comunidad Preparada (rapanuipreviene.org), que apunta a fortalecer capacidades antes de la emergencia, tanto a nivel familiar como vecinal. Entre las recomendaciones básicas, Pakarati enumeró:
- Limpieza periódica de predios.
- Corte de pastizales.
- Retiro de residuos vegetales.
- Verificación de accesos despejados: “Que pueda entrar un carro bombero al terreno, que la ambulancia del hospital pueda ingresar al terreno”, detalló.
Más viento, menos lluvia, más combustible
A partir de un informe preliminar elaborado por CONAF con apoyo de grupos técnicos, Pakarati enumeró los indicadores de vulnerabilidad que hoy pesan sobre la isla: el cambio climático con cambios bruscos en los vientos, sequías prolongadas año tras año y disminución de las precipitaciones. Todo eso, insistió, “nos deja aún más vulnerables como comunidad”.
A lo anterior se suma un factor que, a ojos no entrenados, puede pasar inadvertido: el aumento de la densidad de combustible —es decir, material que puede arder— en la zona de interfaz de Hanga Roa, el espacio donde lo urbano se encuentra con lo rural. “La zona de interfaz es una zona entre lo rural y lo urbano”, explicó, subrayando que allí “todo lo que pueda arder” cuenta: vegetación, cercos, acumulaciones de residuos y, por supuesto, las propias edificaciones.
Pakarati puso un ejemplo concreto: Vai A Repa, un sector “entre lo urbano y lo rural” donde se concentran esas condiciones típicas de interfaz. En estos lugares, insistió, es clave organizar la limpieza de barrios y predios, asegurar accesos, y definir puntos de encuentro y seguridad entre vecinos.
La razón es evidente y preocupante: si un incendio se inicia en la interfaz, puede propagarse hacia Hanga Roa y “afectar a Hanga Roa completo, en base a un incendio masivo”. No es una hipótesis nueva: “Eso es lo que veníamos recalcando hace meses”.
Prepararse en serio: organización vecinal
La preparación no es solo limpiar y cortar pasto: exige organización vecinal y protocolos claros. “Estamos en un desafío grande… en la creación de protocolos de simulacros para incendios forestales”, afirmó Pakarati. El trabajo se coordina con el COGRID de la municipalidad y otras instituciones, con la meta de llevar los simulacros “a la comunidad”.
En el plano de la capacitación, distinguió entre el curso CERT —que prepara a funcionarios y vecinos para emergencias en general (tsunamis, derrumbes, incendios estructurales)— y el programa Comunidad Preparada de CONAF, orientado específicamente a la prevención y respuesta comunitaria ante incendios forestales.
Dentro de las acciones inmediatas, el equipo de CONAF ha realizado puerta a puerta en diversas zonas, incluidos organismos públicos, para explicar la realidad local y las vulnerabilidades que presenta hoy la comunidad de Rapa Nui.
Una comunidad que cambia el “chip”
El jefe local de Prevención de Incendios Forestales insistió en que la mejor herramienta para salvar vidas sigue siendo la prevención organizada: “Si son parte [del programa], pueden salvar vidas: a sus hijos, a sus seres queridos, a sus vecinos”.
La invitación, al final, es cultural: cambiar el “chip”. “Tenemos que estar alerta”, dijo, y volver a mirar con realismo las condiciones locales: vientos que cambian, pendientes, combustible disponible, urbanización en interfaz. “Cambiar el chip de que Hanga Roa no se va a quemar”, pidió, porque el riesgo está presente hoy.
Esa toma de conciencia comunitaria, argumenta, no puede esperar a la primera columna de humo: empieza antes, en tareas domésticas y vecinales —limpiar, desmalezar, ordenar accesos— y continúa durante la emergencia con avisos tempranos y coordinación entre vecinos y autoridades, y después con la revisión de lecciones aprendidas. Todo ello está en la lógica de “actuar antes, durante y después de la emergencia”, que ya se discute en reuniones interinstitucionales en la isla.
Mirar la experiencia de la región: Lahaina, Hawái, y la Polinesia
CONAF también proyecta intercambios culturales y técnicos con otras islas del Pacífico que han sufrido incendios extremos. “Dentro de septiembre, vamos a realizar un intercambio cultural… en el caso de Lahaina, Hawái… y otros casos de la Polinesia, por ejemplo, Fiji”, anunció Pakarati, adelantando que se gestiona para realizarlo el 4 de septiembre. La idea es escuchar de primera fuente cómo otras comunidades abordan la problemática social de los incendios forestales.
Del diagnóstico a la acción
El riesgo de un incendio masivo en Hanga Roa no es una figura retórica ni una alarma gratuita. Está documentado en el informe preliminar y se expresa en fenómenos visibles: más viento y más seco, menos lluvia, más material combustible en sectores donde lo rural y lo urbano conviven estrechamente.
La ruta de preparación ya está trazada en términos generales: quemas controladas estrictamente en temporada fría, limpieza y manejo del combustible, mejora de accesos, definición de puntos de seguridad, simulacros, capacitación y canales de alerta efectivos.
Sin embargo, hay que tener claro que en estos momentos Hanga Roa no está en condiciones de manejar una emergencia como esta. Como dijo Pakarati: “Estamos en riesgo de un incendio masivo”. Toca actuar —con organización, con hábitos preventivos, con simulacros— para que ese riesgo no se convierta en tragedia.