El riesgo de incendios forestales: la amenaza prioritaria para Rapa Nui
Esta fue la definición que tomó el COGRID comunal en una reunión extraordinaria, marcando un punto de inflexión fundamental en la gestión del riesgo de desastres en este territorio insular.
Una reciente sesión del Comité para la Gestión del Riesgo de Desastres (COGRID) de Rapa Nui, liderada por un equipo de SENAPRED, puso de manifiesto un consenso alarmante entre las principales instituciones de la isla: el riesgo de incendios forestales representa la amenaza más grave y compleja para la seguridad, el ecosistema y el patrimonio de este territorio único, pero no sólo en el Parque Nacional Rapa Nui, sino más grave aun en la histórica ciudad de Hanga Roa.
El encuentro reunió a representantes de SENAPRED, I. Municipalidad, CONAF, las Fuerzas Armadas, Bomberos, entre otros servicios clave, y se centró en la implementación de la nueva Ley SENAPRED en el particular contexto de la isla, un desafío magnificado por su aislamiento geográfico. El equipo de SENAPRED estaba compuesto por Felipe Estay y Rodrigo Asenjo, en misión técnica en la isla enviados por el director regional.
“La variable de riesgo más complicada”
CONAF Rapa Nui reveló un diagnóstico exhaustivo de las debilidades sistémicas y las fortalezas locales, marcando la necesidad de pasar de una gestión reactiva a un modelo proactivo y resiliente, con un énfasis muy especial en la prevención y con foco sobre todo en proteger a Hanga Roa, su comunidad y su infraestructura. Este diagnóstico había sido presentado en detalle a los representantes de SENAPRED el día anterior, en reunión con el Jefe Provincial (i) de CONAF y el equipo de esta provincial.
Los especialistas de SENAPRED, ratificaron esta evaluación al afirmar:
“El incendio forestal es la variable de riesgo más complicada que tenemos acá en la isla.”
Esto significa un cambio importante en la gestión del riesgo de desastres local, donde otras variables había ocupado durante años la prioridad de las autoridades.
Una amenaza total
A diferencia de otros riesgos naturales, los incendios forestales son percibidos por todos los actores como la variable de mayor peligrosidad. «En el incendio forestal, el fuego arrasa con todo», afirmó uno de los enviados de SENAPRED, resumiendo el sentir general. Esta percepción se fundamenta en una creciente combinación de factores agravantes:
- Condiciones climáticas y geográficas: la isla y su capital, Hanga Roa, presenta condiciones de viento fuerte que pueden generar una propagación extremadamente rápida del fuego.
- Interfaz urbano-forestal creciente: la expansión de las viviendas hacia zonas con grandes pastizales y plantaciones de eucaliptos de esta ciudad crea un escenario de alto riesgo, comparable a las emergencias más complejas registradas en el continente, como las de la Región de Valparaíso.
- Impacto total: un incendio de gran magnitud en plena ciudad de Hanga Roa no solo amenaza el turismo, sino sobre todo vidas y hogares. Es un escenario inaceptable para una ciudad histórica que vive del turismo y que además es el único poblado de la etnia Rapa Nui.
Ante este escenario, no sorprende que uno de los profesionales de SENAPRED afirmara:
“Cuando tengamos un incendio o tengan incendio acá, las posibilidades de control van a ser súper complejas.”
La insularidad moldea toda la estrategia
Un punto crítico abordado fue la imposibilidad de recibir apoyo externo de manera oportuna en una situación de emergencia extrema, algo que la diferencia de otras comunas del país. Se enfatizó que cualquier ayuda proveniente del continente tardaría entre 1 y 3 días en llegar, un tiempo en el cual «la ciudad de Hanga Roa ya se habría quemado». Esta realidad obliga a Rapa Nui a ser muy autosuficiente en las primeras horas y días de una emergencia, lo que exige tener todos los recursos, protocolos y capacidades de mando disponibles y operativos en la propia isla.
«La insularidad no es un factor más, es el factor determinante que debe moldear toda nuestra estrategia», señaló uno de los profesionales de SENAPRED. «No podemos planificar con la lógica del continente. Nuestra primera línea de defensa es la única línea de defensa durante los momentos más críticos. Esto exige un cambio de paradigma en cómo se nos asignan los recursos y la autonomía».
Desafíos en mando y coordinación
La reunión desveló importantes brechas en la estructura de respuesta que deben ser abordadas con urgencia. Una de ellas tiene relación con el mando y comunicación, donde se identificó la necesidad crítica de establecer Puestos de Mando Unificados en terreno para evitar la fragmentación de la respuesta entre instituciones como CONAF y Bomberos.
Además, se propuso la adopción de un «lenguaje operativo común», como un sistema de grillas o cuadrículas, para eliminar ambigüedades en la comunicación durante las operaciones.
Otra brecha importante es la gestión de recursos humanos y materiales, donde la capacidad de respuesta es frágil. La escasez de brigadas forestales permanentes y La rotación semestral del personal de las Fuerzas Armadas, y el sistema de brigadistas forestales transitorios, obligan a un ciclo constante de capacitación que impide la consolidación de la experiencia.
¿Prohibición o gestión de las “quemas”?
Un tema de gran relevancia fue la gestión del combustible vegetal, estrechamente ligada a prácticas culturales como las «quemas», prohibidas desde hace muchos años por una ordenanza municipal.
El debate se orientó hacia la necesidad de transitar desde una prohibición estricta, que ha resultado ineficaz, hacia un sistema de quemas prescritas y controladas en periodos muy acotados del año. Este enfoque, liderado técnicamente por CONAF, permitiría reducir parte de la carga de combustible de forma más segura, convirtiendo una práctica de riesgo en una herramienta de prevención.
El éxito de esta medida dependerá en gran parte de la colaboración activa de la comunidad y una coordinación muy fina con actores como Municipalidad y Bomberos. Tal como lo reconoció uno de los especialstas de SENAPRED, “Tenemos una zona de interfase que es muy complicada, que se asemeja mucho a lo que vemos en Valparaíso, que es donde hemos tenido las emergencias más complejas, más grandes.” Esta noción, nueva para la ciudad de Hanga Roa debe ser asimilada en el más breve plazo.
Una hoja de ruta para Rapa Nui
La reunión concluyó con un llamado a la acción y la identificación de una hoja de ruta clara, centrada en la formalización y el fortalecimiento de las capacidades locales:
- Finalizar los planes de emergencia: se subrayó la urgencia de que el municipio finalice y oficialice el Plan Comunal de Emergencia.
- Fortalecer el liderazgo técnico de CONAF: se reafirmó el rol de CONAF (pronto SERNAFOR) como el organismo técnico responsable del control de los incendios forestales.
- Sistematizar la capacitación interinstitucional: se acordó la necesidad de mantener y fortalecer los programas de capacitación cruzada, especialmente para el personal de las FFAA, Bomberos y otros actores de respuesta.
- Abogar por un apoyo nacional pertinente: los participantes hicieron un llamado para que las políticas de asignación de recursos consideren las particularidades extremas de Rapa Nui, priorizando la inversión en prevención y en la creación de una capacidad de respuesta local robusta y sostenible, acorde a su aislamiento extremo.
Este COGRID no fue una reunión más, sino un diagnóstico claro y potente que define el futuro de la seguridad en Rapa Nui, incluso mucho más allá de los incendios forestales. El equipo de CONAF quedó conforme con que por fin se confirmara el cambio en la priorización de los riesgos, una meta en la que venían trabajando desde enero de este año, a partir del informe preliminar sobre el riesgo de incendio masivo en Hanga Roa entregado a las autoridades locales.
En su condición de territorio insular extremo, aislado y muy vulnerable, la isla requiere desde hace tiempo un notorio punto de inflexión en materia de gestión del riesgo de desastres, y es posible que este encuentro marque el inicio de ese cambio tan necesario.


